Cada persona tiene una pisada diferente y esta depende de muchos factores, desde características congénitas o herencia, hasta el tipo de calzado que usa o la actividad que realiza. Una persona de cualquier edad puede tener pie plano o cavo o ser pronadora (si al impactar contra el suelo, el tobillo se inclina hacia el interior del pie), supinadora (cuando se inclina el tobillo hacia el exterior del pie) o neutra (la mejor forma de pisada, pues el tobillo no se inclina ni hacia la izquierda ni hacia la derecha) y conociendo la morfología del pie pueden evitarse los problemas que pueden producirse por una mala pisada.
Los problemas que podemos encontrar por una incorrecta forma de pisar son:
A nivel de nuestros pies, uno de los problemas más frecuentes y molestos es la fascitis plantar, dolor agudo en la planta del pie, que puede ir acompañado de ardor, hincones durante el día y se debe básicamente a problemas de arco (pie plano o cavo).
Los edemas, son otra afección que aparece por la mala posición del pie, por la cual se genera hinchazón a lo largo de las piernas. También son comunes los dolores en tobillos, que indican que podría existir una pequeña lesión a consecuencia del pie plano; o el dolor de talón, que surge por la mala distribución del peso que ocasiona el exceso o la falta de arco.
Asimismo, podríamos padecer de callos, cuando a causa de nuestra mala pisada, los huesos se colocan en lugares no apropiados generando la hiperpresión en determinadas zonas de la planta o uñeros, dada la presión generada por la inclinación del pie hacia un lado o el otro (pronación o supinación).
Pero la mala pisada no sólo nos provoca problemas en los pies, podemos también sufrir de dolores en las rodillas, por ejemplo, problema que en el caso de los niños, pueden ser confundidos con los dolores de la etapa del crecimiento, pero que se distinguen al evaluar visualmente si las rodillas están muy juntas o si tienen mucho espacio entre sí.
Cabe mencionar que la inestabilidadtambién es un problema que nos puede ocasionar la pisada, cuando los pies no se fijan contra el suelo en los puntos de apoyo adecuados, como es en el caso de pronadores o supinadores.
Sin dudas, un sinnúmero de dolencias y malestares pueden ser atribuidas a una mala pisada, por lo cual es ideal realizar una visita al ortopedista, especialista que al evaluar el tipo de pisada, puede darnos alternativas adecuadas para evitar molestias simples, enfermedades comunes o grandes complicaciones para nuestra vida diaria. Hoy en día existen mecanismos modernos que nos ayudan en el diagnóstico certero gracias a la tecnología. Es el caso de la Evaluación Computarizada de la Marcha, evaluación que permite la confección de plantillas personalizadas a medida, sin margen de error.