La relación entre la diabetes y podología no es muy bien conocida, pero lo que si es relevante son las complicaciones del pie en un paciente diabético, un tema muy sensible para estos pacientes ya que solo una herida en las extremidades puede acabar en una situación muy complicada para el paciente.
Las úlceras del pie son las complicaciones más significativas y están asociadas con la neuropatía (daño nervioso con pérdida de sensibilidad) y la mala circulación. Estas consecuencias de la enfermedad aumentan, en gran medida, el riesgo de amputación. Un 80% de las amputaciones que presentan los pacientes diabéticos son atribuidas a la ulceración del pie.
El pronóstico para las personas con ulceración y amputación es baja, es decir, podemos evaluar una tasa de mortalidad de cinco años del 43 – 55% hasta un 74%, respectivamente.
Los podólogos tenemos un papel importante en el tratamiento de ulceraciones incluyendo la limpieza minuciosa de heridas, en ese sentido un paciente diabético debe tener un tratamiento podológico desde el momento en el cual se detecta esta enfermedad ya que el 80% de las amputaciones pueden ser potencialmente prevenibles con un cuidado adecuado y una atención de calidad.