LOS CALLOS: ¿TIENEN RAÍZ? ¿POR QUÉ VUELVEN A SALIR?


La piel, en condiciones normales, se renueva periódicamente: se deshace de las células desvitalizadas, que son sustituidas por otras nuevas.
Las únicas partes de la piel capaces de generar hiperqueratosis, conocidas como callosidades, son las palmas de las manos y las plantas de los pies debido a unas condiciones particulares que no se presentan en otras partes del cuerpo. Su presencia indica que en esa zona existe una presión o carga superior a la normal. Se trata de un mecanismo de defensa: se acumulan capas de tejido desvitalizado para intentar evitar que la zona padezca una lesión mayor como, por ejemplo, una ulceración.


Sin embargo, en ocasiones, esta sobrecarga se concentra en un área de la piel muy concreta lo que da lugar a los conocidos popularmente como “ojos de pollo" o “clavo”. Su nombre correcto es heloma, y consiste en una invaginación de la piel anteriormente descrita -la hiperqueratosis- hacia el interior. Este efecto origina el típico dolor agudo similar a tener un objeto clavado, lo que resulta muy molesto cuando soporta la carga del cuerpo.
Si pudiéramos realizar un corte frontal veríamos que el heloma tiene forma de cono, con su base amplia en la superficie de la piel y a medida que profundizamos se estrecha hasta acabar en punta. No poseen ningún tipo de “raíz” ni nada por el estilo. El dolor asociado al mismo suele disiparse en gran medida una vez el podólogo lo elimina en una visita rutinaria en consulta.
Sin embargo, suelen volver a salir; esto se debe a que el problema de base -el exceso de presión antes descrito- continua, por lo que la piel vuelve a generar esta capa de protección que de nuevo nos acabará doliendo.
En la mayoría de casos, su aparición tras una consulta se sitúa entre uno y dos meses. Si el tiempo es más breve, el podólogo puede averiguar la causa y recomendar tratamientos alternativos, como un análisis de las cargas que recibe el pie durante la marcha para elaborar plantillas a medida con elementos localizados de descarga. 
VISITA A TU PODÓLOGO, TUS PIES TE LO AGRADECERÁN.